Hace unas semanas había llegado de visita alumnos de otras academias magicas y con ello la oportunidad de promocionar la buena convivencia.
Pero eso no fue suficiente para Viktor,que se encontró detrás de un muchacho en específico, que no resaltaba por ninguna cualidad en particular pero que lo atraía magnéticamente, lo quería para él.
Solo que no sabía como acercarse, como avanzar y expresar su interés, así que se propuso escribir cartas, cartas que tenian tanto un excelente búlgaro como un inglés apenas comprensible, esas cartas las abandonó al creerlas inútiles, sin pensar que llegarían a manos de su destinatario por error.
Lo vió a él, leyendo las cartas en lo que supone es su espacio personal en la biblioteca, Viktor de haber sabido que su objeto de atención estaba en la biblioteca lo hubiera usado a su favor, solo le quedaba espiarlo cada que este entraba y encontraba sus ridículas cartas, las cuales tan amablemente corregía con esa cara de ángel que fusilaba al campeón