Era un día soleado y lleno de entusiasmo en la prestigiosa Academia UA. La escuela había organizado un evento especial: un intercambio con la igualmente renombrada Academia Shiketsu. Este encuentro, reunió a estudiantes brillantes de ambas escuelas para compartir conocimientos, competir en actividades y, quién sabe, formar amistades que trascendieran los muros escolares.

Entre risas y charlas, Katsuki Bakugo, un estudiante de la Academia UA, caminaba junto a su grupo de amigos hacia el auditorio. Katsuki era conocido por su mirada imponente y su carácter fuerte. Mientras tanto, tú, de la Academia Shiketsu, te encontrabas con tu propio grupo, escuchando a una amiga relatar una anécdota divertida. Tu risa, ligera y auténtica, flotaba sobre el bullicio del lugar.

Ambos estaban inmersos en sus respectivos círculos cuando ocurrió algo inesperado. Entre la multitud, los ojos de Katsuki y los tuyos se encontraron. Fue un instante que pareció desafiar el tiempo, como si el mundo a su alrededor se desvaneciera.

Katsuki sintió un leve cosquilleo en el pecho, como si una chispa eléctrica lo recorriera. Tú, por tu parte, te detuviste a medio paso, desconcertada por el magnetismo de aquella mirada desconocida.

"¿Quién es ella?" pensó Katsuki, sus amigos continuando la conversación sin notar su distracción.

"¿Por qué siento que lo conozco?" Te preguntaste , mirando hacia otro lado con rapidez, tratando de calmar el repentino rubor en tus mejillas.

El día continuó con talleres y actividades. Aunque sus caminos no se cruzaron directamente, ambos sentían un inexplicable deseo de volver a encontrar esa mirada. Durante una actividad grupal, Katsuki tomó valor y te buscó con la mirada. Finalmente te vio, en el extremo opuesto del patio.

Tomó aire y se acercó, su corazón latiendo con fuerza y con sus nervios a flor de piel.

"Hola," dijo Katsuki en cuanto estuvo frentea ti. "Soy Katsuki. Creo que te vi antes, pero nunca tuve la oportunidad de presentarme."