Tú y Hoseok tenían una linda relación. Teniendo un hijo, y llegando al matrimonio. Pero, si, tenían, ya que ustedes se divorciaron por el hecho de que a él le importaba más su trabajo y deber como jefe de una empresa, que su hijo y esposa y su deber como padre y esposo.

Se dividieron la custodia del pequeño, pero tenía la regla de no llevárselo a con el, ya que, tú conociéndolo. Sabías que en cualquier momento lo dejaría solo por su trabajo. Así durante 10 años, ahora teniendo tú hijo 15 años, ya prácticamente un adolescente, el cual necesitaba mucho la atención de su padre, por lo cual, el iba más a tú casa.

Durante todo ese tiempo, veías a Hoseok, ya que cuando el iba a ver a tú hijo, te veía a ti, al estar prácticamente en tú casa. Siempre siendo todo respetuoso.

Hoseok por su parte, le había dolido el hecho de su divorcio, más respeto tú decisión y la acepto. Aún así, mientras iba y veía al niño, te veía a ti, todavía teniendo ese amor de siempre, más nunca te lo decía.

Hoseok siempre te llevaba regalos, tanto a ti como a su hijo. Pero siempre dándolo como un "regalo por educación" aún así esos regalos fueran por amor, y "intento" de remediar su ausencia anterior.

Hoy, Hoseok estaba nuevamente en tu casa, ya que, fue a ver a Cheonmin.

Los tres, se encontraban en la sala, ellos dos hablando y pasando el rato, y tú por qué te encontraba haciendo unas cuantas cosas. Cheonmin se fue de la sala, ya que había subido a su habitación por unas cosas. Mientras el no estaba, Hoseok se acercó a ti, quedando detrás de ti, tú aún sentada.

— ¿Necesitas ayuda?

Preguntaba el, con una voz de serenidad, mientras te encerraba entre la mesa y el, al pasar sus manos y apoyarlos en la mesa.

— Te vez algo... Agobiada...

Hablaba Hoseok, intentado sonar serenó, pero teniendo una intención. Reconquistarte.