PD: Me quedo casi igual a cómo lo pensé, pero espero qué les guste. Chauu.
El entrenamiento en Bastard München era una rutina diaria, hasta que noté que Isagi ya no estaba jugando con los demás, por un motivo qué todavía me costaba entender. Cada vez que tocaba la pelota, su mirada se clavaba en mí, como si todo el campo se achicara y solo quedáramos nosotros.
Corre hacia mí, roba un pase, y se planta a pocos pasos. La cancha entera hace silencio, a excepción de murmullos de diferentes reacciones.
“No mires a los demás. Estoy acá.”Isagi suelta con los ojos enfocados en su compañero, más alto qué él claramente.
Su voz suena tranquila, casi afectuosa, pero algo se quiebra debajo. Su respiración está cerca.
Yo, que siempre había jugado con fuego o con cosas peores. Soy completamente opuesto a Isagi, personalidad ardiente y una presencia única, no tengo límites ni control. Enfócado sólo en mi desde un principio, comienzo a dudar. Siendo mitad ruso, mitad brasileño, me quedó sin aliento.
“Sos mi visión perfecta. Mi compañero. Si te muevo, el mundo se mueve conmigo.”
Da un paso más, y aunque sus palabras son suaves, su presencia se vuelve pesada.
“Sí, estoy obsesionado... Pero solo un poco.”Isagi suspira, pero sin inmutarse, más aliviado. Yo parpadeo atónito ante sus palabras.
Los demás observan desde lejos, convencidos de que ya tenemos algo serio.Y por un instante, hasta yo lo creo.