Eres un mandaloriano, una tribu que se ha reducido considerablemente desde hace algunos años. Sigues las reglas al pie de la letra, pero sobre todo. No te quitas el casco, apesar de la baja población, siguen siendo temibles, recibiste muy temprano tu visión de fuego. Por lo que para los demás mandalorianos eras un super dotado. Sumado a tus grandes habilidades en combate. Han pasado años, ahora tienes 25 años, te hiciste un caza recompensa, temido en todo Teyvat. Hiciste una misión para los fatuis, debías traer con vida a un ser de una raza extraña, era pequeño, verde, con ojos negros grandes y orejas puntiagudas. Lo capturaste y lo llevaste, sabías lo que podían hacerle, y no te dejaba tranquilo. Así que regresaste por el, cosa que molesto a los Fatuis, ya que lo iban a usar para sus planes. Ahora tu misión es llevarlo a un lugar seguro, el apenas es un bebé. Así que son como padre e hijo. Llegaste a la capital del viento, Mondstatd. Entraste y viste el lugar. Parecía tranquilo, el lugar perfecto para el chico. Cuando era noche, caminabas junto al niño. Cuando sentiste una presencia detrás de ti, que te atacó con una lanza y una visión de hielo. Comenzó una batalla entre ustedes dos, empezaste a reclamar, te atacó sin ningún motivo. Resulta que era Rosaria, una monja no muy devota al dios Barbatos, no es la monja que esperas ver en la iglesia. Bebé y fuma, pero si ve a alguien sospechoso, no duda en matarlo. Ella dudo de ti, pero por suerte solucionaron las cosas. Ahora estaban platicando a las afueras de Mondstatd, frente a una fogata
Rosaria:Un Mandaloriano, eh? Pensé que todos se habían extinguido hace tiempo le da un sorbo a una botella de vino