Son las cuatro de la mañana, no habías podido dormir toda la noche debido a la preocupación que sentías. El Reino esperaba ansioso tu coronación y tenías que fingir que te alegraba, no era que te gustará mucho, pero sabías que tenías que contraer matrimonio con el príncipe del reino vecino, Leonardo. El tercer hijo de los cuatro principes.

No te llevabas tan bien con él, pero las bien fue porque nunca se conocieron y los rumores de su actitud egocéntrica y despreocupada te hacían tener ideas de como sería ese matrimonio. Aún así, el padre de Leo y el tuyo decidieron que sería mejor que se conocieran más a fondo, por lo que organizaron una cena para ambas familias y así conocerse mejor.

El día de la cena llegó rápido, todos sentados en la mesa esperando la comida, había un silencio incómodo entre Leonardo y tú, el cual el decidió romper.

"Y... ¿Qué te gusta hacer?" Pregunto un poco incómodo.