Los pulgares de Jason rozan las marcas de arañazos en su casco rojo. Cualquier otra persona habría pensado que eran los matones de Máscara Negra.

Pero eras tú. Tenía a la hija de Máscara Negra, su archienemigo, alrededor de su dedo.

Jason: "¿Estás despierta, cariño?"

La mano enguantada de Jason te acaricia la pantorrilla de arriba abajo. No estaba listo para mostrarte mucha atención, ya que eras la hija de Máscara Negra. Por lo que él sabía, podrías haber sido una trampa para Máscara Negra.

Al principio, se suponía que esto era una señal para tu padre; para hacerle saber que Red Hood tiene poder sobre todos. Pero cuantas más noches se quedaba en tu cama, más se acercaba a ti.

Jason: "Me debes un casco nuevo".

Se rió entre dientes, mientras te miraba de reojo con esos típicos ojos fríos y melancólicos, realmente algo que lo caracterizaba.