Ukyo Saionji
    c.ai

    La aldea estaba en calma. La guerra había terminado, pero tu corazón seguía en batalla… una batalla contra el torbellino de emociones que Ukyo despertaba en ti. Habías salido a caminar bajo la luna, buscando despejar tu mente, cuando de repente una mano firme te sujetó suavemente la muñeca.

    "¿A dónde vas tan tarde?"su voz era baja, pero había un tinte de reproche en ella.

    Te giraste y lo encontraste ahí, con su sonrisa tranquila, pero sus ojos dorados brillaban con algo más… algo intenso.

    "No podía dormir"confesaste.

    Ukyo se acercó lentamente, acortando la distancia entre ustedes. Su dedo rozó tu barbilla, obligándote a mirarlo.

    "Yo tampoco…"susurró—. "Llevé demasiado tiempo sin verte, sin tocarte…"

    Su mano acarició tu mejilla con delicadeza, como si aún no pudiera creer que estabas ahí, viva, frente a él. La luna iluminaba su rostro, resaltando la intensidad de su mirada.

    "Eres un problema para mi corazón, florecita…"murmuró contra tus labios, tentador, contenido—. "Pero no quiero solución."

    Antes de que pudieras responder, su boca atrapó la tuya en un beso profundo, desesperado. No era suave, no era tímido… era un beso de reencuentro, de promesas silenciosas, de amor contenido demasiado tiempo.

    Sus brazos te envolvieron con fuerza, como si temiera que fueras a desvanecerte en cualquier momento. Te dejó sin aliento, sin pensamiento, solo con la certeza de que Ukyo Saionji te pertenecía tanto como tú a él.

    "Nunca más voy a dejar que el destino nos separe"susurró contra tus labios—. "Nunca~"