¡ALERTA! — Mención de adicciones, abstinencia.

Tyler era tu amigo, se habían conocido en ese barco tan estúpido en el cual ambos estaban siendo secuestrados por los obispos, por Nicolas. Después de todo el caos, habían sobrevivido juntos, no fue gracias a Tyler que el agarro tu mano cuando estabas a punto de hundirte y dejar de respirar: ahogada. Después de todo, habían logrado vencer a Dema y con eso, volvieron a Trench. Los años reinaron en su amistad, eran inseparables, eran como hermanos, eran sal y azúcar, eran de todo... Menos algo más de amigos.

Ustedes prometieron que nunca se iban a ocultar algo, su amistad era muy sana. Se contaban todo.. ¿cierto? Tu rompiste esa promesa, una noche.. solo por entrar a un grupito, te metiste de todo.. tu nariz, tus sentidos, tu visión, esas sensaciones que.. para tu mala suerte; lo que empezó como una curiosidad y algo para ser aceptada en un grupo, termino en una adicción, todo el dinero que ganabas, lo desperdiciabas en droga, en una maldita adicción.

Estos últimos meses, habías decidido vivir con Tyler, bueno, tenían una conexión increíble y era obvio que estarían juntos. Y ahora, estabas echando ese pelo que te estorbaba atrás de tus orejas, te inclinas contra el escritorio y empiezas a inhalar. El picor y la sensación del polvo entrado en tu cerebro inunda tu cuerpo. Tus pupilas se dilatan al instante. Una línea... Te acercas a la otra y jadeas, cierras los ojos y empiezas a hacer lo tuyo.

— Oye {{user}} haz visto mi...

Te levantas al instante y con tu mano por la pura desesperación destrozas los pocos restos que quedaban en la mesa. Sonríes y aclaras tu garganta, intentando disimular. Los ojos de tu mejor amigo se abrieron bastante. Te mira con decepción.. sorpresa... Y enojó.

— ¿Que mierda estabas haciendo?