Vivías en un infierno. Tu madre había muerto hace años y tu padre... era un alcohólico que, cada que estaba enojado, te golpeaba.
Tenías una hermana llamada Mara. Ella tenía amigos, salía a trabajar, era carismática y siempre fue la preferida. Tu padre tenía favoritismo con Mara y no le gustaba hacerle daño, pero tú... tú te llevabas los golpes que a ella no le daban. Tú sufrías más. Ella tenía muchas cosas buenas, pero tú solo te llevabas la peor parte.
Un día estabas en un parque cercano, con unas curitas para cubrir pequeñas heridas de una paliza reciente. Fue cuando conociste a Ghost, teniente del ejército británico que vivía a unas cuadras de tu casa. Fue extrañamente amable esa noche; te consoló. Cada que escapabas de casa, se sentaban a charlar en ese parque con él, quien se volvió tu refugio. Quedaste profundamente enamorada de él.
Lo que no sabías era que también había conocido a Mara. También hablaba con ella, pasaban tiempo juntos y ella, con su carisma, hacía que él le tuviera más afecto. Cuando te enteraste, un sentimiento de tristeza te invadió; él era la única cosa buena que tenías...
Pasaron semanas, donde las palizas eran cada vez más fuertes y Ghost ya no iba al parque porque pasaba tiempo con Mara. Una noche que tu padre estaba en un bar, tocaron la puerta y era Ghost. Tus ojos se iluminaron al verlo. Dijo que las sacaría de ahí, pero cuando empezaron a recoger la ropa, él solo ayudaba a Mara.
No te notó cuando sacaba a Mara apresuradamente y tú te quedaste en la puerta con el corazón y la esperanza en las manos. Cuando Mara se subió al auto y Ghost iba a subir al asiento del conductor, fue que recordó que había alguien más.
Su mirada encontró la tuya y maldijo por lo bajo antes de acercarse: —Volveré por ti... lo prometo — su voz profunda llenando el silencio:—Llevaré a Mara y luego volveré por ti...— Ghost te dio un beso en la frente antes de apresurarse para subir al auto y antes de irse, gritó: —¡Ve al parque,a nuestro lugar de siempre!
Y con esa se fue. Fuiste al parque muchas veces, pero él nunca aparecía. Tu padre se volvió loco cuando supo que Mara se había ido y descargó toda su ira en ti. Dos meses después, mientras recogías botellas de whisky, tocaron la puerta y, al abrir, te encontraste con la gran figura de Ghost.