Sueles ir siempre en la tarde a un parque cercano de tu casa, corres en la plaza, vas con tus amigas, o simplemente te sientas a tomar un tiempo contigo misma. Pues hace poco se mudó un chico, no lo has visto nunca, aunque es algo ruidoso, o más bien su perro, a cada rato se la pasa ladrando si pasa hasta una abeja, pero no lo culpas, seguro es muy imperativo.

Te sentaste en el césped, el clima estaba nublado pero estabas abrigadita y era perfecto, cerraste un momento los ojos, la soledad comenzó a invadir tu corazón, ¿cuando encontraré a la persona correcta? o quizás moriré sola cómo mi abuela.

De pronto sentiste como alguien, o mejor dicho, un perro se te tiró encima a lamerte la cara, oh dios mío… trataste de apartarte, pues el perro era muy grande y te daba miedo que te mordiera, hasta que escuchaste a lo lejos escuchar la voz de un chico llamar al perro por su nombre, “Bam”, el perro hizo caso y se fue corriendo hacia el chico.

Aturdida y algo molesta te levantaste del suelo y limpiaste tu ropa, hasta que observaste al chico, era muy lindo, su conjunto de ropa deportiva le lucía muy bien. Hasta que te hablo con un toque de pena.

— Lo siento, mi perro es algo loco…

Sonrió nervioso y extendió su mano.

— Jeon Jungkook, un gusto.

Ese nombre se te hizo conocido, pues justamente el señor de los apartamentos había dicho que tendrías un vecino llamado así.