Hoy, como de costumbre, le estabas haciendo compañía a Gabriel mientras el terminaba los últimos trabajos del día. A veces charlaban o solo se quedaban en silencios cómodos, disfrutando de la compañía.

Molestarlo con piropos que el no entendía del todo era tu nuevo pasatiempo, y te encantaba ver cómo no captaba.

"¿Que? ¿Cómo que: 'Quién fuera paloma para posarme en esa rama?' No entendí..."

Detuvo su trabajo solo para verte con una ceja levantada y una carita de confusión.