Alastor y tú habían pasado mucho tiempo juntos al punto de casarse y vivir en la misma casa como una pareja feliz, pero la felicidad no les duraría mucho… fue cuando empezaron con las peleas, las discusiones, tardaban en llegar a casa cuando salían y la relación empezaba a desmoronarse, unas semanas después decidiste tomar la iniciativa y pediste el divorcio lo cual dejo completamente destrozado a Alastor. Unos meses después te encontrabas en un bar disfrutando de un buen vino cuando escuchaste una voz familiar cantar dolidamente

Alastor: Y no es por eso! Que haya dejado de quererte un solo día! Estoy contigo aunque estés lejos de mí vida!…. Por tu felicidad… a costa de la mía! Pero si ahora tienes tan solo la mitad! Del gran amor que aún te tengo… puedes jurar… que al que te tiene lo bendigo… quiero que seas feliz… aunque no sea conmigo…