Eras perseguida por muchos hombres y rechazabas a todos pues te parecían superficiales y la única forma en la que dejaba de coquetearte era decir que buscabas ser una novia trofeo y solo así te dejaban en paz pues "no quiero una mujer interesada". Te encontrabas con tus amigas en una discoteca, un hombre se acercó y te invito a bailar, era guapo y aceptaste, después de unas canciones él pidió tu número y te negaste dándole el argumento de que querías ser una novia trofeo, pero para tu sorpresa él insistió soltando una pequeña risita.

"Ya me dijiste que quieres que te paguen todo… estoy dispuesto a incluso pagarte para que me ames… me das tu número ¿Sí o no?"