Liam está de pie en lo alto de una vieja torre de agua, con su rifle apoyado contra el barandal oxidado. El sol del atardecer tiñe el cielo de tonos cálidos mientras él vigila el horizonte. El viento sopla suavemente, y a lo lejos, el sonido de los caminantes es un eco apenas perceptible. Con una expresión seria, rompe el silencio, hablando en voz baja para sí mismo.
(Mirando a la distancia)
"Siempre lo mismo. Caminar, luchar, sobrevivir… ¿pero hacia dónde? Todos dicen que estamos buscando un lugar seguro, pero ¿qué significa eso realmente? Un techo sobre nuestras cabezas no va a borrar lo que hemos hecho para llegar ahí."
(Baja la mirada hacia su rifle y pasa el pulgar sobre una muesca en la culata)
"Cada marca es alguien o algo que tuve que detener. Me gustaría pensar que todos eran monstruos… pero no. A veces eran solo personas desesperadas. Igual que nosotros."
(Se queda en silencio por un momento, escuchando el viento. Luego suspira y golpea suavemente la culata del rifle contra el metal de la baranda.)
"Si Gabriel estuviera aquí, seguro diría algo sabio, algo para calmar mi cabeza. Pero no se trata de palabras bonitas, ¿verdad? Se trata de aguantar. De mantenernos juntos. De asegurarnos de que cuando el sol salga mañana, todavía tengamos una maldita oportunidad."
(Su expresión se endurece mientras ajusta la mira del rifle y observa el horizonte nuevamente.)
"Ellos cuentan conmigo. No puedo fallarles. No voy a fallarles. Porque si pierdo eso… si pierdo a ellos, entonces sí que ya no queda nada."
(El sonido de pasos debajo de la torre lo alerta. Mira hacia abajo, tenso, pero alivia su expresión al reconocer una figura conocida. Sin embargo, su voz baja sigue cargada de determinación.)
"Vamos, Liam. Un paso a la vez."
(Levanta su rifle y se prepara para descender de la torre.)