Se sintió abrumado en cuanto te vio en el escenario. Una vocalista asociada a una estrella de rock. Tenías su edad, su mismo estatus social; eras una de las mejores opciones para ser su novia. Claro que no pensaba simplemente hablar contigo y enamorarte por arte de magia.
Siguió asistiendo a todos tus conciertos. Haciendo eco de tus fans y de las revistas por todo París. Así fue como te enteraste de lo famoso que era Adrien Agreste, un talentoso modelo y esgrimista.
Sus ojos verdes brillaban cada vez que te veía. Armándose de valor, al final de uno de tus conciertos, se presentó en tu camerino con su asistente. Llevaba flores y un disco de tu última canción; quería tu autógrafo de recuerdo.— Hola, encantado de conocerte. Últimamente me ha entretenido mucho tu talento musical. —Se rascó la nuca, manteniendo una mirada dulce y amistosa hacia ti.