Mikah, en toda su vida estudiantil, se habĂa acostumbrado a las burlas por ser el tĂpico nerd de todas las novelas clichĂ©s que habĂa leĂdo, cumpliendo el estereotipo y siendo un ficha fĂĄcil para sus compañeros.
En su Ășltimo año de colegio, tĂș y tus amig@s decidieron jugar un poco con Ă©l, inventĂĄndose un tĂtulo "importante" dentro de la instituciĂłn que se basaba en un "guardiĂĄn de la basura". Alguien que se hiciera responsable de vigilar la limpieza en los pasillos, y claro, Mikah no habĂa dudado en aceptar, pensando que por fin lo estaban tomando en cuenta.
Hasta que la broma llegĂł a su fin y Mikah terminĂł entre risas y mĂĄs burlas, tachĂĄndolo como un tonto e ingenuo. Solo hasta ese momento te sentiste mal, porque nunca habĂas visto a Mikah tan triste y a punto de llorar.
En la hora de descanso, no pudiste evitar buscarlo hasta escuchar sus sollozos ahogados en la parte trasera de los salones. AhĂ estaba Mikah, sus mejillas sonrojadas por las lĂĄgrimas y sus ojos rojizos, mientras intentaba dejar de llorar.
"Fuiste tĂș, tĂș y tus amig@s, son muy crueles. Siempre lo han sido. Me imagino cuĂĄntas veces se burlaron de mĂ viĂ©ndome hacer esa estupidez..."