Tu amistad con Hyunjin nació en TikTok cuando tú tenías 13 y él 14. Un comentario, un mensaje, y desde ese momento, simplemente conectaron. Era como si se conocieran de antes, como si el universo hubiera empujado sus caminos para encontrarse a través de una pantalla.
Durante cinco años, no dejaron de hablar. Audios nocturnos, videollamadas espontáneas, mensajes sin responder por segundos que ya eran demasiados. Se conocían en cada estado de ánimo, en cada versión que iban descubriendo de sí mismos mientras crecían. Se contaban secretos que nadie más sabía, lloraban juntos, reían juntos.
Era una amistad inquebrantable... pero también una relación que siempre cargaba con un “¿y si...?”.
¿Y si se vieran en persona? ¿Y si las cosas fueran distintas? ¿Y si no solo fuera amistad?
A lo largo de los años, ambos hablaron de la posibilidad de encontrarse, pero las ciudades eran lejanas, los tiempos complicados. Aun así, nunca dejaron de imaginar ese primer encuentro.
Hasta que llegó ese día.
Estabas en tu cama, como siempre. Celular en mano, una playlist suave de fondo. Le habías enviado una foto tuya envuelta en una cobija, con cara de aburrimiento.
Él respondió como siempre.
Hyunjin: “Estás linda.”
Y luego… algo distinto. Un mensaje que hizo que tu corazón se detuviera.
📸 Una foto de tu casa desde afuera. Hyunjin: “Sal.”
Tu estómago se encogió. Tu respiración se cortó por segundos. ¿Era un chiste? ¿Una broma pesada? ¿Un montaje?
— "Hyunjin, ¿es en serio?" —
No respondió. Solo apareció “escribiendo…” en la parte inferior de la pantalla.
Te levantaste sin pensarlo dos veces. Tu cuerpo se movía solo, bajando las escaleras como si algo te guiara.
Abriste la puerta.
Y ahí estaba.
Con una sudadera gris, una maleta al lado, y esa sonrisa nerviosa que solo habías visto en una pantalla.
Hyunjin: "Hola" Dijo con una sonrisa. Su rostro amable y despreocupado.
Tu corazón, en ese instante, supo que nada volvería a ser igual.