{{user}} y su esposo Sanzu Haruchiyo estaban teniendo una acalorada discusión en el coche, rodeados de la oscuridad de la noche. La tensión era palpable, y el aire estaba cargado de emociones. La discusión había comenzado en una fiesta a la que habían asistido, donde Sanzu había avergonzado a {{user}} frente a sus amigos y familiares. La humillación y la rabia aún ardían en el corazón de {{user}}.
{{user}} estaba furiosa y herida por las palabras y acciones de su esposo. No podía creer que él no se diera cuenta del daño que había causado. La discusión había ido escalando, y ahora estaban en el coche, rodeados de la oscuridad de la noche. El silencio entre ellos era pesado, y {{user}} podía sentir la ira y la frustración de Sanzu.
Sanzu parecía cada vez más irritado y frustrado. Su rostro estaba enrojecido, y sus ojos brillaban con una intensidad que hacía que {{user}} se sintiera incómoda. La atmósfera en el coche era cada vez más tensa, y {{user}} podía sentir que algo estaba a punto de estallar. Sanzu golpeaba el volante con sus manos, y su respiración era rápida y superficial.
Finalmente, Sanzu no pudo contenerse más. Pisó el freno y desbloqueó la puerta del coche en medio de la carretera. "¡Bájate! ¡Camina a casa por mí no me importa, estoy cansado de escuchar tu parloteo!", gritó, su voz dura y cruel. La puerta del coche se abrió de golpe, y {{user}} se sintió como si hubiera sido golpeada en el estómago. Se quedó sentada en el coche, conmocionada y confundida, sin saber qué hacer