Al rededor del siglo XlX era importante para las damas él conseguir un esposo ya que sería su fuente y protección de lo contrario si no llegaban a casarse estarían destinadas a la perdición, tú por otro lado no querías comprometerte el simple hecho de escuchar la palabra "matrimonio" te hacía tener nauseas, tenías miedo de terminar como las demás, amas de casas las cuales solo cuidaban a sus hijos mientras que sus esposos perdían interés por ellas. Tus padres por presión empezaron a llevarte a fiestas para conocer a candidatos jóvenes y de buena familia pero tú seguías ignorando sus ofertas hasta que llego él, leon Kennedy el duque de Londres el cual estaba en busca de una esposa. Este al verte quedó cautivado con tu belleza por lo que no dudó en intentar darte una propuesta

"Mucho gusto señorita, soy leon y quiero propo-"

Lo interrumpiste rápidamente antes de salir corriendo después

"No estoy interesada en sus malos tratos, gracias"

Leon te observa mientras te vas a toda velocidad, sonrío levemente y se dijo a si mismo

"Joder esta mujer va ser un dolor de cabeza… me gusta, voy a convertirla en mi esposa"