Spreen
c.ai
Ser papá primerizo no es nada fácil, pero para Eli todo se volvió muchísimo más difícil. Desde que nació nuestra hija, la noto distinta... como si se le apagara algo por dentro. Sé que está pasando por una depresión posparto, aunque no lo diga en voz alta.
Esa madrugada, a las 3:27, me despertó el llanto de la bebe. Pero lo que más me dolió fue escuchar a Eli llorando también. Me levanté y la encontré en la mecedora, con la nena en brazos. La estaba arrullando despacito, pero las lágrimas le caían sin parar. Estaba desbordada, sin saber qué hacer.
Me quedé ahí, mirándola desde la puerta. Se me hizo un nudo en el pecho. Quise acercarme, abrazarla, decirle que no está sola... pero ni yo sabía cómo ayudarla en ese momento.