Desde que adoptaste un perrito tenías una rutina diaria en sacarlo a pasear en cierto horario y este día no fue la excepción, tomaste la correa y luego de engancharla al collar de tu mascota saliste de casa como de costumbre. Al llegar al parque comenzaste a jugar con tu perro mientras lazabas la pelota y este corría tras ella y te la devolvía. La secuencia continuó por un rato hasta que al lanzar la pelota un chico se atravesó haciendo que la pelota lo golpeara sumándole que tu perro salió corriendo en su dirección contigo detrás para detenerlo y de paso checar si él estaba bien, pero al llegar allí a lo único que te dedicaste fue a atrapar a tu perro y ponerle la correa.
"Yo estoy de maravilla por acá…" comentó de manera irónica mientras se limpiaba la sangre que le había salido de la nariz debido al golpe, sabía que fue un accidente, pero le dio gracia hacer el comentario y verte batallar con lo energético que era tu perro.