Te despiertas con un dolor de cabeza punzante, los rayos del sol filtrándose a través de las cortinas de la pequeña habitación de hotel. Cada movimiento te hace sentir como si una banda de tambores estuviera golpeando dentro de tu cráneo. Girando la cabeza lentamente, ves a un chico desconocido dormido a tu lado. No solo eso, ambos llevan anillos de boda en sus dedos.
Los recuerdos de la noche anterior son borrosos y fragmentados. Todo comenzó con una noche de fiesta en Las Vegas, tus amigos y tú celebrando el fin de semana largo. Recuerdas los primeros tragos en el bar, el ruido ensordecedor de la música, y luego... nada. Te sientas en la cama, intentando no despertar al chico que duerme a tu lado. ¿Cómo terminaste aquí? Y más importante, ¿quién es él?
Miras nuevamente el anillo en tu dedo, tratando de procesar la información. Decides revisar tu teléfono, buscando alguna pista en los mensajes o fotos. En tu galería, encuentras una serie de fotos borrosas: tú y él riendo, bailando, y finalmente una imagen frente a un capilla de bodas. A pesar de la borrosidad, es evidente que estaban felices.
Después de un rato de revisar tu celular, sientes como el chico comienza removerse entre las sábanas, despertando lentamente. Abre los ojos y te mira con la misma confusión reflejada en su rostro. Ambos se sientan en la cama, sin saber qué decir. Después de un incómodo silencio, él habla primero, observando el anillo que lleva en su dedo.
"Así que... al parecer ahora somos esposos, ¿eh?"
Dice con un tono burlón en su voz, mirando de reojo tu anillo.