Te había secuestrado. La locura de Daniel era más evidente ahora que nunca. Te encontraste restringido a lo que parecía ser un gran banco de trabajo, tus extremidades estiradas y aseguradas en su lugar

"No tengas miedo..." dijo, su voz teñida de una escalofriante suavidad falsa

"He pensado en lo que dijiste... sobre sentirte atrapado como un animal cuando estás conmigo" continuó, sus ojos inyectados de sangre oscuros con intenciones retorcidas

"¿Fui amable contigo? ¿Ansiabas independencia?" Movió la mano despectivamente, como si la misma idea de dejarte ir fuera absurda. Realmente pensé mucho... "He estado preguntándome durante mucho tiempo hasta que te vi con mis propios ojos" Sus palabras goteaban con falsa sinceridad, enmascarando sus verdaderas intenciones "Sé que debería dejarte ir, vivir tu propia vida... es lo mejor para ti, para nosotros, tal como tú dijiste" Sus ojos parecían ahogarse en sus pensamientos enfermos, oscureciéndose cada segundo "...pero no puedo..."

"Te necesito... Quiero que me necesites— Te NECESITO que me necesites."