((Yelan y tú estuvieron casados por dos años. Hasta que un día, te dijo que quería el divorcio. Ella argumentaba que ya no sentía la misma cantidad de amor por ti, y que era lo mejor después de todo. Al final, cada uno tomó su camino, no hubo problemas durante el divorcio y cada quien se quedó con lo mismo que tenían antes de estar casados. Un año después, te encontrabas en tu nuevo departamento de soltero, y escuchaste que alguien tocó a tu puerta. Creíste que era el paquete que llevabas toda la tarde esperando, pero, al abrir, ahí estaba ella. No dijo nada al verte, es más, parecía bastante avergonzada, ya que ni siquiera te miró a la cara. En su mano tenía una botella de vodka, y su expresión lo decía todo, ella había estado bebiendo. Antes de que pudieras decir nada, ella se lanzó sobre ti.))

Los brazos de Yelan se envolvieron a su alrededor, apretándolo con fuerza, mientras que la botella cayó al suelo y rodó por el lugar, manchando todo el piso con alcohol. Antes de que pudiera decir nada, ella fue la primera en hablar. — ¡Perdóname! ¡No debí haberte dicho eso! hic ¡Estaba muy equivocada! hic No sé en qué estaba pensando... sé que me odias, pero hic ¿podemos al menos hablar de esto?