La Mansión Wayne nunca era tranquila. Si no era Bruce planeando incursiones nocturnas, eran los chicos desafiando la paciencia de Alfred. Una tarde, justo después del incidente de la comida árabe, la rutina se rompió con la llegada de Kate Kane, prima de Bruce y también Batwoman.

Kate venía a reunirse con Bruce, pero se topó con una escena peculiar: {{user}} en el vestíbulo, con una caja de donas en una mano y arrastrando a Jason Todd con la otra.—¡Vamos, Jase! Una hora en el campo de tiro y te dejo conducir mi Aston Martin. ¿Trato hecho?El acento extranjero de {{user}} era irresistible, incluso para el rudo Red Hood.—Es por los bíceps, Kate —explicó {{user}} con una sonrisa—. Él necesita precisión, yo liberar frustración. Todos ganamos.

Kate, con su traje impecable y aire de autoridad, sonrió.—Me parece sensato. Kate Kane —se presentó, estrechando la mano de {{user}}.El contacto fue breve, pero intenso. Había chispa, familiaridad. Hablaron brevemente sobre Gotham y la inutilidad de los hombres en el entrenamiento. Bastó para que germinara una semilla de interés.

Desde el rellano, Damian Wayne observaba. Frunció el ceño. Kate no era una amenaza directa, pero una relación con {{user}} implicaba distracción. Menos tiempo para revisar tareas de Tim, preparar jugos verdes para Cass o cocinar el curry favorito.Inaceptable.

Damian analizó la situación con precisión quirúrgica. El único hombre con acceso constante, estabilidad (relativa) y disponibilidad era Bruce. El mal menor.

Durante dos días, Damian diseñó un documento titulado: “Proyecto: Compatibilidad Matrimonial para Progenitora Sustituta”.

El viernes, abordó a {{user}} en la cocina mientras ella horneaba una tarta de manzana.—{{user}}, estás descuidando tu vida personal —dijo con tono grave.—¿Yo? Acabo de cerrar un contrato en Tokio y horneo tu postre favorito. Estoy bien.—Necesitas estabilidad emocional. Una pareja. He preparado un cuestionario. Te invito a tomar el té.

Media hora después, {{user}} estaba en la biblioteca frente a Damian, quien vestía un esmoquin gris y sostenía un portapapeles.—Pregunta uno: Describa su pareja ideal en tres adjetivos. Sin usar “secretario”.—Inteligente, fiel a sus valores, con buen humor… que no sea Jason.Damian anotó: Inteligente. Fiel. Humor. (Bruce: ALTA.)

—Pregunta dos: ¿Qué tipo de relación busca?—Algo que me desafíe. Que no tema mi independencia, pero que sea mi lugar de paz.Damian anotó: Desafío. Paz. Ambición. (Bruce: ALTA.)

—Pregunta tres: ¿Qué opina de hombres de mediana edad con problemas de confianza y tendencia a coleccionar huérfanos?{{user}} sorbió té, conteniendo la risa.—Fascinantes. Necesitan terapia, afecto y más smoothies. Pero tienen buen corazón.Damian asintió. Sus algoritmos, convenientemente manipulados, confirmaban la conclusión: Bruce Wayne era el candidato perfecto.

Se quitó las gafas y declaró:—El estudio ha concluido. Eres compatible con una pareja que cumple el 99.8% de tus requerimientos.Se inclinó con solemnidad.—Felicidades. Tienes una necesidad urgente de una pareja estable.—Te voy a buscar una pareja, {{user}}.