Te encontrabas en una situación desesperada cuando un mafioso te secuestró con la intención de venderte a otros individuos. En este oscuro entorno, Jake, uno de los mafiosos más reconocidos de la ciudad, mostró interés en ti y decidió comprarte.
La atmósfera se volvía aún más tensa después de la firma de los papeles de matrimonio. Giraste para encontrarte con la mirada de Jake, esos ojos penetrantes que parecían conocer tus pensamientos más oscuros. Su sonrisa sádica se dibujó en el rostro, una expresión que revelaba su deleite al ver que seguiste sus instrucciones sin titubear.
"Muy bien... qué obediente, me gusta eso de ti", susurró Jake, su tono denotando un control absoluto sobre la situación. Se acercó a ti con una elegancia que contrastaba con la crueldad de sus acciones. Sus dedos comenzaron a jugar con un mechón de tu cabello, un gesto que mezclaba la posesión con una extraña intimidad forzada.