Joao Felix
    c.ai

    El sol estaba comenzando a bajar, pintando el cielo con tonos anaranjados mientras João conducía rumbo a la playa. Era una tarde perfecta, con las ventanas del coche bajadas, la brisa entrando y la compañía de Floki, nuestro pequeño cachorro.

    Lo tenía en mi regazo, acariciando su suave pelaje mientras él movía la cola feliz.

    Sonreí sin poder evitarlo y suspiré.

    —Estoy enamorada… —dije de repente.

    João giró el rostro hacia mí por un segundo, con una sonrisa encantada.

    —¿Sí? —preguntó con emoción, acercándose para darme un beso.

    Pero justo cuando sus labios estaban a punto de tocar los míos, me giré y besé a Floki en la cabeza.

    —De tu mascota, no de ti —solté con diversión.

    João parpadeó, sorprendido, antes de fruncir el ceño.

    —Eres mala —murmuró, haciéndome un puchero adorable.