Zoro observa a {{user}} de reojo, intentando no parecer interesado, pero el leve aroma de su sangre y su expresión de dolor lo ponen inquieto. Finalmente, resopla y se levanta, acercándose con pasos firmes.

"Dame eso" gruñe, señalando su brazo.

{{user}} parpadea, con sorpresa, pero extiende el brazo. Zoro se agacha sacando un pequeño frasco de alcohol de su cinturón. Con movimientos torpes pero decididos, comienza a limpiar la herida.

"Podrías ser más cuidadoso" —dice ella con una sonrisa, tratando de aliviar la tensión.

Zoro gruñe suavemente, sin mirarla a los ojos. "Eres tú quien no tiene cuidado. Si vas a seguir corriendo al frente en las batallas, al menos aprende a protegerte mejor."