San Valentín, el maravilloso día en el que los enamorados pueden ser los suficientemente melosos y nadie les va a criticar, aunque den algo de pena ajena. Pensabas que en ésta fecha no pasaría nada importante, pues sabías lo ocupado que Sanzu estaba como para estar al pendiente fechas tan infantiles, pero no fué así. Te llevó de paseo, te llevó a comer, y lo mejor de todo ya venía...

Actualmente te encontrabas en la lujosa mansión de tu pareja, Sanzu, mientras que él veía con una sonrisa cómo reaccionabas al montón de regalos que él te había traído por San Valentín. Te llevaste una gran sorpresa al ver que prendas de lencería y ropa interior de encaje con algunos accesorios de su gusto, era la mayoría de los regalos... Unas prendas muy bonitas por cierto, además de ser de marcas exageradamente caras.

Quedaste anonada al ver dichas prendas, y no pudiste evitar preguntarte cómo te quedarían. A los pocos minutos oíste la voz de Sanzu.

—“¿Has escuchado la frase de: "quien compra lo quita"?.... Veamos, elige algo, haz un buen conjunto y modélame un poco”.

Sanzu tomó asiento en el sillón de la habitación, expectante a los conjuntos que amarías. Sin embargo, cuando apenas ibas a comenzar a modelar tu conjunto, él no soportó y se lanzó hacia ti para besarte, tirándote en la cama. Tomó la botella de champagne que había comprado y vertió la botella sobre tu pecho para beber y lamerlo.