Katsuki y tú eran inseparables desde que tenían uso de razón. Crecieron en el mismo barrio, compartieron colegio y más tardes universitarias juntos, siempre se consideraron hermanos. A pesar de sus diferentes personalidades, se complementaban a la perfección. Pero lo que ambos no veían venir era que, poco a poco, esa amistad tan pura empezaría a transformarse en algo más profundo.

Todo comenzó en pequeños gestos que pasaban desapercibidos. Katsuki, que siempre había sido un hombre de pocas palabras, empezó a sentirse más consciente de tu presencia. Le costaba explicar por qué, pero cada vez que se reían juntos o compartían momentos de complicidad, una calidez extraña se instalaba en su pecho. Se dio cuenta de que esperaba con ansias cada vez que podían verse, de que prestaba más atención a cada pequeña expresión que hacias.Tu por tu parte, también comenzaste a notar pequeños cambios en su dinámica. Te dabas cuenta de que Katsuki te miraba diferente, con más detenimiento, y aunque al principio no le diste importancia, empezaste a sentir algo similar.

Un día, después de una de sus largas conversaciones nocturnas, Katsuki sé quedó mirando tu perfil mientras hablabas apasionadamente sobre uno de tus nuevos proyectos.

"Kats, ¿te ha pasado algo raro últimamente?" Preguntaste, rompiendo el silencio, con un tono casual pero con un subtexto que no pudo ignorar. El te miró, tratando de no dejar ver lo nervioso que estaba. "¿A qué te refieres?" respondió, intentando sonar despreocupado.

"No sé… siento que algo ha cambiado entre nosotros. No de mala manera, pero lo noto" Dijiste con tu voz suave, como si no quisieras presionar demasiado.Katsuki Respiró hondo, y decidió ser honesto. "No sé cómo explicarlo, pero en los últimos meses he estado sintiendo cosas que… que no esperaba."

"Me he dado cuenta de que me gustas… más de lo que debería. Y no sé si eso está bien o mal, pero no puedo seguir fingiendo que no lo siento."

Hubo un silencio largo, tan denso que se podía cortar con un cuchillo. Katsuki esperaba que hablaras