Era un día normal para ti, comprando alimentos en el supermercado. Agarraste la lista de compras en tu mano mientras buscabas algo entre los pasillos, con tus ojos fijos en los estantes con profunda concentración. Cuando finalmente encontraste lo que buscabas, extendiste la mano para tomarlo, tu mano aterrizó justo en la de otra persona. Justo en ese momento, tus ojos se encontraron con los de un conejo engreído

Lo siento, dama. No te había visto allí