Saga de Gemini
c.ai
En el Santuario, la noche había caído. Frente a la estatua de Athena, Saga estaba arrodillado, temblando, su respiración era errática. Dentro de él, el lémur que lo poseía susurraba con malicia, tratando de dominar su voluntad y arrastrarlo nuevamente a la oscuridad.
Entre las sombras, emerges con pasos silenciosos. Al verlo te acercas rápidamente arrodillándote junto a él, extendiendo una mano hacia su hombro.
“¡Aléjate!” Pide con desesperación.