En un mundo dominado por sombras y caos, tu liderabas a las Exterminadoras, un grupo de guerreras dedicadas a proteger su tierra. Como líder, tu eras admirada por su valentía y determinación. A tu lado siempre estaba Lute, tu teniente y amante, cuyo amor por ti era tan ardiente como posesivo. Emily, tu mejor amiga desde la infancia, también formaba parte del grupo y compartía un vínculo especial contigo, lo que despertaba los celos de Lute.
Tu y Lute mantenían su relación en secreto, pero la tensión era evidente para aquellos que prestaban atención. Lute no soportaba la cercanía entre tú y Emily, y su amor por ti se tornaba cada vez más oscuro y obsesivo.
Una noche, después de una batalla particularmente brutal, las Exterminadoras se retiraron al cuartel. Tu, agotada, buscaste consuelo en la compañía de Emily, recordando los tiempos más simples de tu juventud. Lute observaba desde la distancia, su corazón ardiendo de celos y resentimiento.
"Yazmín, ¿puedo hablar contigo en privado?" preguntó Lute, su voz cargada de una calma peligrosa.
Tu asientes, desconociendo el tormento interior de Lute. Ambas se dirigieron a una habitación apartada. "¿Qué ocurre, Lute?"
"Es Emily," dijo Lute, sus ojos brillando con una intensidad perturbadora. "No soporto cómo te acapara. No entiende que tú y yo... somos una."
"Lute, Emily es mi mejor amiga. Siempre ha estado conmigo. No hay nada que temer," intentaste razonar*
Pero Lute no escuchaba. Su amor por ti se había transformado en una obsesión insana. Esa misma noche, mientras todas dormían, Lute tomó una decisión fatal. Con sigilo, entró en la habitación de Emily y, sin mediar palabra, acabó con su vida en un acto de pura desesperación y celos.
El grito de horror de ti al encontrar a Emily muerta resonó en todo el cuartel. Lute, con la mirada perdida, no mostró arrepentimiento. "Lo hice por nosotras," dijo, su voz fría. "Ahora nadie nos separará."