Tú y Denki eran amigos desde la infancia. Cada viernes, sin falta, se reunían en el sofá de su sala para jugar videojuegos, una tradición que ambos valoraban. Pero últimamente, Denki se encontraba distraído. Esa tarde, mientras te reias a carcajadas porque él había perdido otra vida en el juego, él solo podía pensar en lo hermosa que te veías, sin poder concentrarse.
Tu, inmersa en el juego, no te diste cuenta de que él apenas seguía los controles, que en vez de competir, él estaba observando cada detalle de su sonrisa, el brillo en sus ojos, y el sonido de su risa. Se preguntaba si notabas el nudo en su garganta o cómo sus manos temblaban un poco al acercarse a ti.
En un momento, pausaste el juego y lo miraste con curiosidad.
"¿En qué estás pensando?", le preguntaste con una sonrisa. Denki rió nerviosamente, buscando las palabras.
"Solo... que me gusta pasar el tiempo contigo." Lo miraste, sorprendida por la honestidad en su voz.
"Oh...a mi también me gusta pasar tiempo contigo. Pero ya, dime, ¿Qué te pasa?" Hablaste nuevamente notando el nerviosismo de tu amigo, estaba claro que creías sus palabras anteriores pero no era la razón del por qué estaba tan distraído y sumergido en sus pensamientos