Itachi venía caminando mientras notaba el anochecer, había tenido una difícil misión Akatsuk,.venía realmente cansado, el cielo oscureciéndose gradualmente. Al llegar a su hogar, abrió la puerta y un cálido aroma lo recibió. En la cocina, su pareja cocinaba con calma, moviéndose con destreza entre los ingredientes. El suave sonido de los utensilios y el crepitar de la sartén creaban una atmósfera acogedora. Ella se giró y le sonrió, iluminando la habitación. En ese instante, Itachi sintió que, por fin, estaba en casa