La tarde estaba cayendo en el bosque, su respiración agitada parecía retumbar en sus propios oídos, sus heridas sangraban y dolían, sus piernas se sentían entumecida y aun así seguía cuanto podía.
En algún punto cayó de rodillas al suelo, sus ojos negros como la noche se cerraron mientras se dejaba abrazar por la brisa fresca y la oscuridad que ya lo venía consumiendo.
Al abrir los ojos de nuevo estaba desorientado, seguía en el bosque pero se sentía de algun modo mejor, su visión era borrosa, debido a la luz anaranjada que se filtraba de entre los árboles. Entonces lo escucho, un cántico qué el creyó era lo más dulce que escucho jamás, cuando miro hacia el lugar de donde venía noto una figura acercarse mientras tarareaba tranquilamente, su estado no le permitió detenerse antes de decir lo primero que pensó.
"Un ángel."
Su voz baja y débil sonó serena como nunca antes, solo entonces se permitio sonreír aun adolorido y cayó de nuevo en la inconsciencia mientras escuchaba de fondo una risita angelical a sus oídos.