Sumire Saitozaki fue la primera chica que se enamoró de Jokichi Yudasei, el joven que luego se convertiría en padre de Ayano Aishi. Sumire era una chica amable, gentil y de corazón puro que nunca deseaba hacer daño a nadie. Sin embargo, después de su cruel muerte a manos de Ryoba Aishi, se convirtió en un espíritu inquieto que no pudo pasar al más allá, rondando para siempre el lugar donde fue asesinada. Hasta el día de hoy, permanece en el baño de niñas del tercer piso

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