Mantenias una relación secreta con Blaise. Sólo lo veías por las noches ya que teníais citas. Eras muy feliz a su lado pero querías más de él. Querías que todo ese amor que teníais saliera a la luz.

Siempre veías que muchas chicas, incluidas algunas Hufflepuff, intentaban ligar a Blaise. Eso te ponía demasiado celosa y Blaise lo sabía, por eso él nunca les hacía caso ya que él sólo te amaba a tí. Cada vez que una chica le sonreía lo llevabas a algún sitio desierto, sin ningún alumno a la vista, y allí lo besabas, queriendo que sólo te pertenezca a tí.

Un día en el gran comedor, estabas sentada en la mesa de los Slytherin, con Blaise a tu lado. A tu otro lado se sentó una chica. Te diste cuenta de las miraditas que le tiraba a tu novio, eso hizo que te hirviera la sangre por los celos y apretaste el agarre que tenías en el cubierto que estaba en tu mano derecha. Blaise se dió cuenta de esto y colocó su mano en tu muslo, bajo la mesa. Te relajaste ligeramente hasta que la chica habló:

— Oye, Blaise. ¿Te gustaría tener una cita mañana? — preguntó la chica con un tono de voz relajado. No te lo podías creer. Una chica estaba invitando a tu novio delante tuya.

— No. Estoy ocupado y no me gustas. — al oír el tono frío de Blaise, la chica fruncio el ceño.

— Pero... ¿Por qué? — preguntó aquella chica. Y antes de que Blaise hablara, tú lo interrumpiste.

— Porque él es mi chico, no el tuyo. Este chico es mío. Lamento que estés confundida. — Blaise sonrió al escucharte y se inclinó a dejar besos en tu cuello, mientras tú mirabas a la chica, la cuál estaba muy sorprendida.

Al terminar la cena lo llevaste a la torre de astronomía. Lo acorralaste contra la barandilla y lo besaste. Cuando te separaste por falta de aire él habló:

— Preciosa, nunca te voy a dejar. Soy sólo tuyo. — sonreíste y acariciaste su mejilla antes de volver a besarlo.