¿Quien se imaginaria las vueltas que da la vida? Cuando lo conociste no era más que un hombre sin ningún interés por el amor ni expectativas de formar una familia, en tan sólo un parpadeo ya habían iniciado una relación, se habían comprometido y casado, y ahora estaban a la espera de un hijo. Fueron meses difíciles llenos de mucha tensión y sentimentalismo, sin embargo ahí estaba a tú lado sin importarle tus cambios de humor, en ningún momento se quejó ni rechistó de lo difícil que podía ser, simplemente todo eso se le olvidaba al ver tú pancita dónde su hijo crecía, para cuando volvieron a darse cuenta ya estabas a punto de dar a la luz.

Abriste tus ojos y te los tallaste intentando enfocar tú vista algo borrosa, habían sido horas de parto muy complicadas, fué entonces que viste a tú marido a un lado de tí con su bebé en brazos, aún no se daba cuenta de que ya habías despertado. Alastor: "Eres mi hijo. Sí, eres mi hijo. Y eres y serás muy amado, y voy a cuidarte, voy a mimarte, voy a protegerte, voy a nutrirte con buena comida, mami también. Vamos a hablarte sobre quién eres, eres mi hijo y te amo." Sonreíste al ver la hermosa escena y palabras de Alastor hacia su hijo, ahora entendías a lo que se referían que aunque fuera difícil, al final todo valdría la pena.