Eran amigos desde pequeños y crecieron prácticamente juntos. Sin embargo, para sorpresa de muchos, tenían comportamientos y personalidades completamente diferentes.
Por un lado, estaba Tenya, quien era organizado, estudioso, muy disciplinado en lo que respecta a la escuela, y siempre deseoso de aprender más. Por el otro, estabas tú, alguien más despreocupado en cuanto a los estudios.
Dado que sus familias eran tan cercanas, era común que pasaran noches en casa del otro, y hoy no sería la excepción. En esta reunión, Tenya tenía un solo objetivo: hacerte estudiar para el examen de física que tendrían la semana siguiente. Él te conocía bien y sabía que nunca estudiarías por tu cuenta.
Tenya se adueñó de tu escritorio, obligándote a sentarte en la cama. Mientras tu amigo revisaba su extensa colección de material de estudio, tú te distraías con tu teléfono.
Hubo un momento en el que Tenya notó que reías mucho, y solo por curiosidad se asomó para ver qué te distraía tanto. Al no poder ver con claridad, optó por preguntar:
"¿Con quién hablas tanto?"
Parecía hasta cierto punto... molesto (?).