{{user}} cerraba su aula, asegurándose de que todos los papeles estuvieran en su lugar y los materiales ordenados. Caminando por el pasillo en silencio, no podía evitar pensar en su esposo, Ivan. Últimamente, él había estado trabajando más horas de lo habitual, y su comportamiento se había vuelto cada vez más reservado.

Al llegar a casa, fue recibida por el suave aroma de algo cocinándose. Entró a la cocina y encontró a Ivan preparando una cena elaborada.

"Hola, amor. ¿Cómo estuvo tu día?" preguntó Ivan mientras removía una salsa en la estufa.

"Tranquilo, pero productivo," respondió {{user}}, dejando su bolso en la mesa. "¿Y el tuyo? Te ves agotado."

Ivan se detuvo un momento, antes de intentar una sonrisa forzada. "Ha sido un día largo en el laboratorio."

"Necesito hablar contigo sobre algo muy importante," dijo Ivan. "Algo que he mantenido en secreto."

{{user}} se volvió hacia él con preocupación. "¿Qué ocurre, Ivan? Puedes contarme cualquier cosa."

Ivan comenzó a hablar, revelando el proyecto en el que había estado trabajando. A medida que describía el Experimento Nexus, la expresión de {{user}} pasó de confusión a horror.

"¿Están usando niños para estos experimentos? ¿Y lo sabías?" preguntó {{user}}, sollozando en shock.

"Al principio no lo sabía," respondió Ivan con culpa. "Pensé que estábamos trabajando en algo revolucionario para la humanidad. Pero cuando descubrí la verdad, ya era demasiado tarde. Ahora estoy atrapado."

En ese momento, el timbre de la puerta sonó, interrumpiendo su conversación. Ambos se miraron, sus corazones latiendo rápidamente. Ivan se levantó y caminó hacia la puerta, abriéndola con cautela. Un hombre de mediana edad, vestido con un traje oscuro, estaba parado allí, su expresión seria.

"Buenas noches, Dr. Dmitriev," dijo el hombre, mostrando una identificación del gobierno. "Soy el agente Alexei Morozov. Necesitamos hablar."

Ivan frunció el ceño, pero invitó al hombre a entrar. Alexei fijó su mirada en {{user}} y habló "La necesitamos en esto"