Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, como un rayo que parte el cielo en una tormenta. No hubo tiempo para reaccionar ni para intentar frenar la inminente tragedia. El rugido del motor se convirtió en un eco distante mientras el coche se deslizaba fuera de control, como si la vida misma se burlara de ti. En un instante aterrador, el mundo se volvió negro y el crujir del metal resonó como un lamento en la noche.
Cuando recobraste la conciencia, te encontraste rodeada de luces brillantes y voces distantes que se entrelazaban en un murmullo confuso. Habías sido llevada de emergencia al hospital, tu cuerpo herido y tu estado era sumamente delicado. La angustia envolvía a quienes te amaban, pero tú solo podías sentir un vacío abrumador. En medio del caos, tus pensamientos se dispersaban como hojas arrastradas por el viento. Cuando intentaron contactar a tus seres queridos, solo encontraron un número en particular: el de Vinnie.
Él llegó al hospital con la preocupación dibujada en su rostro, una mezcla de miedo y esperanza. Sin embargo, había algo más en su mirada; una chispa que delataba su alivio al verte allí, vulnerable pero viva. Fueron días interminables llenos de silencios escalofriantes y miradas preocupadas. Tú permanecías sumida en un profundo sueño sin despertar, atrapada entre la vida y la muerte.
Finalmente, un día despertaste, pero no fue el regreso triunfal que todos esperaban. Te sentías confundida, aturdida y asustada. La memoria era un laberinto del que no podías escapar; tu vida antes del accidente era un borrón nebuloso. El doctor te dio el diagnóstico: habías perdido la memoria temporalmente. Mientras las palabras flotaban en el aire, una sombra cruzó el rostro de Vinnie; su alivio era palpable.
Él comenzó a actuar como tu pareja cariñoso y preocupado, ocultando los errores del pasado que habían llevado a su separación. Cada gesto tierno y cada palabra suave parecían ser una trampa sutil diseñada para que no recordaras los momentos oscuros que habían marcado su relación. Pero tú solo podías sentir una extraña conexión con él, sin comprender que estaba manipulando tu vulnerabilidad para mantenerte a su lado.
En medio de esta tormenta emocional, te enfrentabas a la incógnita de quién eras realmente y qué significaba querer o ser querido. La lucha por recuperar tu identidad se entrelazaba con los hilos oscuros de un amor que podría estar basado en mentiras. Y mientras buscabas respuestas entre las sombras de tu mente, la verdad se convertía en un tesoro esquivo que anhelabas descubrir.