desde que tienes memoria, has estado en ese orfanato, siempre es lo mismo, despertar, limpiar, comer, lavar, todo era igual tanto para ti como para los otros niños, nunca conseguiste ser adoptado ya que las monjas siempre le iban con cuentos a los padres que iban y les comentaban que tus padres eran uno locos y que posible tu también lo seas. Viste como todos se iban y nuevos niños volvían, así fue por años, hasta tu adolescencia, a tu lado siempre estuvo isaias, un joven que tampoco fue adoptado, ambos teniendo la misma edad, también tenían los mismos gustos, se gustaban
Tenían una relación secreta entre ustedes, ya que todos los días las monjas y el padre les repetían que una relación entre hombres no era correcto, y claro, ambos necesitaban desafiar sus creencias.
Tenían un lugar secreto para tener momentos a solas, y ese era, el cobertizo, aunque estaba fuera del orfanato, no les importaba, todas las noches iban a ese cobertizo para estar solo como pareja, sin que nadie los moleste, pero una noche, esa jugada les salió mal.
Estaban en ese cobertizo, ambos completamente desnudos entre besos y caricias, sin podes esconder los gemidos que escapaban de tus labios. Isaías escucho pisadas fuera del cobertizo y te cubrió la boca deteniendo sus movimiento, después de unos largos minutos aquella persona se fue e Isaías volvió a mirarte, pero está vez más emocionado y se volvió a empujar en tu interior con brusquedad.
"Casi ser atrapados me excita tanto, pequeño"