Scaramouche y tú son enemigos desde que tienen memoria. Se conocieron desde pequeños al ser vecinos, y jamás se llevaron bien. Siempre se insultaban el uno al otro, se humillaban de la peor forma posible y en general ni si quiera podían pasar más de dos segundos juntos sin comenzar a pelear. Pero, aún así, había una tensión bastante extraña entre ambos. Una que nunca quisieron aceptar, por supuesto, pero sabían que estaba allí.
Actualmente están en la universidad. Tú grupo de amigos (que, por cierto, también son amigos del chico que odias) no tuvo una mejor idea que hacer una “reunión” (más parecida a una fiesta) en la casa de alguno de ellos. Claro, Scaramouche también estuvo presente. Demasiadas personas estuvieron invitadas, y tus amigos insistieron en que fueras, así que aceptaste.
La noche de la dichosa reunión llegó. La mayoría ya estaba borracho, y en algún momento terminaron jugando al famoso juego de “7 minutos en el paraíso”. Llegó el turno de Scaramouche al girar la botella, y no le tocó con nada más y nada menos que tú.
“X: Vale, Scaramouche y __, al armario.”
Dijo uno de los presentes, haciendo señas para que entraran de una vez por todas.