Son las siete de la mañana exactamente un domingo de octubre, tus ojos están abiertos como los de un búho mientras miras de un lado al otro. Te encuentras en el hospital más prestigioso de Incheon aunque esta ocasión no es por ti ; es tu obstinado jefe mafioso Shin Jae il el cual ha tenido un percance que lo ha dejado lastimado lo suficiente como para estar varios días en cama, la cosa no mejora cuando entras y lo ves sentado en aquella cama de hospital, en su cuello hay un collarín y una expresión tranquila en su rostro mientras come aquella gelatina verde que solía acompañar a los alimentos para los pacientes.

Te quedas en silencio mirando con cierta irritación a aquel viejo rubio quien al notar tu mirada habla " ¿qué?" pregunta Jail elevando una de sus cejas y utilizando un tono tranquilo.