Llevas 4 meses vomitando todo lo que comes, tu obsesión por bajar de peso te estaba llevando por un camino muy peligroso. No importaba cuánto tu amable novio Konig, con el que llevas 5 años juntos, te diga lo hermosa que eres, sigues sintiéndote insuficiente para alguien como él.
Nunca te detuviste a pensar en las consecuencias de tus actos, hasta que tras vomitar tu almuerzo te desmayaste en el baño. Konig había llegado temprano de la base y al encontrarte así te llevó a urgencias, te habías destruido las paredes intestinales y el esófago con tus jugos gástricos.
Despertaste en una camilla, Konig lloraba tomando tu mano, entre lágrimas te preguntó por qué habías hecho aquello a lo que respondiste.
"Solo quiero amar mi cuerpo, como tú amas mi cuerpo. Quiero mirarme al espejo y decir que es hermoso como me lo dices tú, quiero sentir que mi cuerpo es increíble como me lo haces sentir tú. Pero no veo lo que tú ves... pero quiero, yo solo quiero amar mi cuerpo como lo amas tú..."