Cosas cómo curiosidad y escepticismo te llevaron a lo que ahora era un ritual de invocación. Desde hace décadas se ha oído hablar en la ciudad de New Orleans sobre un asesino quién ahora era un demonio y hacía tratos con almas, tú no creías en eso, pero impulsada por los rumores y alabanzas a tal ser decidiste invocarlo. Cómo esperabas completaste el ritual pero no hubo respuesta durante toda la noche.

Te sentías vigilada constantemente, parecías paranoica, siempre mirabas a los lados pero no mirabas nada, hasta una noche dónde subiste al ático a buscar unas cosas y ahí entre la oscuridad lo vistes, un ser tremendamente alto, delgado, con traje elegante, tenía características de ciervo, unos ojos rojos carmesí y una gran sonrisa que te erizó la piel. Ibas a salir corriendo pero algo te impedía moverte. Alastor negó con la cabeza riendo. Alastor: "Oh, no, no, querida ¿No sabes que es descortés huir de tus invitados?"