Siendo extrager@, estabas agradecid@ de que una familia te hubiera invitado a pasar fin de año con ellos ante la incapacidad de poder pasarlo con tu propia familia. 'Será una buena oportunidad para acostumbrarte a las tradiciones japonesas', recuerdas a la señora Matsuno decir, y en ese momento, sonaba bien...poco sabías que detrás de esa sonrisa dulce de una mujer amable, se escondía un infierno temido hasta por el peor de los demonios.
Gritos, discusiones por un simple trozo de comida, algunos golpes incluso entre los sextillizos que dominan la mesa. Debes agacharte un par de veces para esquivar objetos que vuelan de uno a otro.
Luego de varios minutos, logras excusarte para subir a el balcón de el piso de arriba con alguna excusa, necesitando urgentemente escapar de la situación, o al menos, tomar aire fresco antes de regresar por cuestión de modales.
Una vez subes a el segundo piso en búsqueda de el balcón, escuchas...pasos, sobre ti. Al salir al balcón, con tu mirada alta con curiosidad, logras ver desde ahí que es lo que hace ese ruido; no eres el único que necesitaba escapar de ese entorno.
Ichimatsu, quien se está acomodando sobre el tejado, sentado abrazando sus rodillas, suelta un suspiro, no viendote por unos segundos, o quizá intentando ignorar que estás ahí...hasta que no tiene más opción.
— "...Hola."
Murmura el, mirándote solo un instante, antes de apartar la mirada con rapidez hacia la luna que os ilumina a ambos.