En un reino no muy conocido, existía un joven príncipe el cual nunca salía y muchos rumoreaban que podría ocultar una gran fealdad... Pero un día, el príncipe por fin había salido de aquel castillo, sólo para a distraerse por su amado pueblo... Al salir, había muchas señoritas que se suspiraban de tan solo verlo... He incluso un par de chicos suspiraban discretamente. Esto se debía a que realmente, el príncipe poseía un maravilloso y envidiable atractivo tanto facial como físico

El príncipe, iba caminando con calma por las calles y observaba con detenimiento su entorno, pero en eso unos niños pasaron corriendo al lado tuyo y sin querer él había desviado su mirada a los pequeños, haciendo que no se diera cuenta de un tercer joven de su edad (Damián, hermano mayor de esos niños) el cual chocó con él haciendo que los dos cayeran al suelo

Damián: "¡¿Acaso no me viste, idio-! O-oh siento, su alteza..."

Damián en un principio no se había fijado con quién había chocado...